Sobrecostes y retrasos en las obras de la estación de Gran Vía
Las obras para conectar mediante un túnel peatonal la estación de Cercanías de Sol con la de Metro de Gran Vía sigue sufriendo contratiempos. La aparición este verano de los restos del ascensor del ascensor original de Antonio Palacios no solo está provocando retrasos en los plazos previstos, sino que también van a suponer un incremento en el coste de los trabajos.
La aparición de nuevas cavidades en el subsuelo y la llegada de las lluvias otoñales han hecho aflorar riesgos de inundación de las líneas 1 y 5 de Metro y problemas de seguridad con los que no se contaba y para los que se necesitarán invertir 3,5 millones de euros adicionales. Tampoco se pensó cuando se licitó el contrato que la estación de Gran Vía aún conservara restos arqueológicos que preservar, tal y como señalaba Madrid, Ciudadanía y Patrimonio.
Ahora que los expertos en patrimonio han confirmado el valor de ese hallazgo, se tendrá que modificar el proyecto para no sufra ningún tipo de daño y que la construcción del túnel pueda seguir adelante. Según explica el diario El Mundo, será necesario aplicar medidas de urgencia para reemplazar la maquinaria pesada con la que se pensaba excavar inicialmente por otra más ligera que permita preservar los restos arqueológicos.
Problemas de inundación en las líneas 1 y 5 de Metro
Según un informe que ha llevado a cabo Sando, la empresa encargada de las obras, existen riesgos de que los edificios cercanos a la estación de Gran Vía se vean afectados por las obras y que los túneles de las líneas 1 y 5 del suburbano madrileño se inunden. Para solventar estos problemas de seguridad, se ha aprobado un gasto adicional de 3.496.000 euros, casi el doble de lo inicialmente asignado a los trabajos (3.759.000 euros).
El documento alerta de que el descubrimiento de estas cavidades en la intersección de la calle Montera con Gran Vía suponen un riesgo de acumulación de agua que podría afectar a las líneas 1 y 5 de Metro, que podrían afectar a las edificaciones colindantes y colapsar el acceso al túnel peatonal que ya se ha excavado.
Falta de previsión de posibles vestigios arqueológicos
Aunque expertos en patrimonio habían avisado a la Comunidad de Madrid de la más que probable existencia del foso de ascensores original de la estación de Metro de Gran Vía, el gobierno regional no tuvo en cuenta esta posibilidad a la hora de licitar el contrato de las obras.
Los expertos que estudiaron la estación antes de redactar el proyecto final para el concurso opinaban que los restos que pudieran quedar habían sido destruidos durante la reforma de los años 70, en la que se instalaron las escaleras mecánicas y no vieron necesario tomar medidas adicionales.
La realidad, sin embargo, ha resultado ser muy diferente y ahora la Dirección General de Patrimonio ha determinado el valor de estos restos y la necesidad de conservarlos, lo que implica incrementar considerablemente el presupuesto hasta casi el doble de lo inicialmente estimado.
0