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Incierto futuro para el edificio de los pingüinos de Fernando VI

Somos Chueca

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La Asociación de Vecinos de Chueca (AVChueca) está preocupada por el futuro del edificio situado en el número 3 de la calle Fernando VI, que luce unos llamativos pingüinos en su cornisa. Según explica AVChueca en un comunicado, el pasado 17 de diciembre de 2015 remitieron una carta a la alcaldesa, Manuela Carmena, alertando de la pérdida de este emblemático inmueble donde se ubicó el Pub Santa Bárbara.

Y es que los actuales dueños del inmueble, que se dedican a la inversión, planean levantar en él un bloque de viviendas de nueva construcción, conservando únicamente la fachada –que disfruta del máximo nivel de protección patrimonial– y cambiando el uso del local.

«Tras el cierre del Café Comercial, otro de los locales que forman parte de la memoria y el patrimonio cultural y artístico de los madrileños está amenazado con desaparecer», alertan desde AVChueca. «El pub Santa Bárbara acogió a artistas, intelectuales, escritores, músicos, abogados, cantantes, cineastas, actores, etc., no sólo protagonistas de una cierta bohemia madrileña, sino agentes activos de los cambios culturales y políticos en Transición hacia la Democracia», recuerdan.

Preocupados por la desaparición no solo de parte del patrimonio arquitectónico de Madrid sino también del «pasado cultural y político y una parte de la historia reciente de nuestra ciudad», en su misiva piden a Carmena que revise urgentemente el expediente urbanístico y se replantee, con las herramientas administrativas a su disposición, el futuro y la conservación de este edificio.



Carta de la Asociación de Vecinos de Chueca a la alcaldesa de Madrid



Muy señora mía:



La Asociación de Vecinos de Chueca, constituida en el año 2001, e inscrita en los registros públicos de Entidades Ciudadanas del Ayuntamiento de Madrid con el nº 2.465, y en  el de Asociaciones de la Comunidad de Madrid con el nº 23.392, así como de declarada de ‘Interés Público Municipal’, centra su actividad en el ámbito residencial de Chueca, dentro del barrio de justicia.



La Asociación de Vecinos de Chueca tiene como propósito fundamental trabajar en la defensa de los derechos de los residentes de Chueca que forman parte de nuestra asociación, en calidad de usuarios y destinatarios finales de la actividad urbanística, social, medioambiental, económica, de consumo, cultural, de descanso,  de solidaridad o de participación en asuntos de interés general de la ciudad; y de nuestro barrio en particular



Por esta razón, en el ejercicio de nuestra defensa sobre el patrimonio urbanístico y cultural de nuestro entorno, le escribimos para rogarle que tenga en consideración la importancia de mantener y conservar el edificio que en su día alojo el conocido como pub ‘Santa Bárbara’; situado en la calle Fernando VI 3.



Después del reciente cierre del Café Comercial, una nueva amenaza se cierne sobre la memoria y el patrimonio cultural y artístico de los madrileños; sobre otro lugar protagonista de la historia reciente de esta ciudad y de este país.



Situado en la calle Fernando VI 3, el conocido como pub de ‘Santa Bárbara’ corre el riesgo de ser eliminado del patrimonio de nuestra ciudad después de que los nuevos dueños del edificio hayan proyectado la construcción sobre él mismo de un moderno edificio de viviendas, conservando sólo –tal y como es obligado por la normativa sobre edificios protegidos– elementos marginales del edificio original; como parte de una edificación diferente en la que la antigua fachada quedaría como mera anécdota y triste vestigio irreconocible.



Décadas de historia y cultura de nuestra memoria colectiva quedarán borradas de un plumazo por una edificación con aspiraciones puramente especulativas.



Como usted sabrá perfectamente, desde el primer momento y durante las décadas siguientes, el pub Santa Bárbara acogió a artistas, intelectuales, escritores, músicos, abogados, cantantes, cineastas, actores etc., no sólo protagonistas de una cierta bohemia madrileña, sino agentes activos y significativos de las ilusiones y los cambios culturales y políticos que tan necesarios eran en el tramo final de la Dictadura y en la larga Transición hacia la Democracia. Tal y como ilustra el artículo que le adjuntamos.



Estamos a tiempo de impedir que, otra vez, queden sepultados y devastados nuestro patrimonio arquitectónico, nuestros recuerdos colectivos, nuestro fértil pasado cultural y político, y una parte de la historia reciente de nuestra ciudad. Y es que los pueblos sin memoria terminan por ser pueblos sin historia.



Sería un error imperdonable perder este singular edificio, permitiendo que quede engullido en un banal inmueble de viviendas de lujo. Por lo que ROGAMOS revise el expediente urbanístico del mismo, y replanteen con las herramientas administrativas a su disposición el futuro y la conservación de este edificio.



Sin otro particular, quedamos a su disposición para cualquier aclaración que considere necesaria.



Atentamente,

Historia del número 3 de Fernando VI

Quienes hayan pasado por delante de este edificio de hormigón y traza neoclásica habrán reparado en sus característicos pingüinos, pero pocos saben que no siempre estuvieron allí. Su primer inquilino fue la sociedad anónima “El Menaje Moderno” o “Casa Ripoll”, que vendía artículos de cocina y enseres de hojalata, cinc y palastro (hierro o acero laminado) para la industria y el comercio.

Francisco Reynals Toledo, arquitecto poco escrupuloso con la seguridad de los obreros en los trabajos que ejecutaba, según la prensa del momento, realiza los planos de este edificio para Joaquín Ripoll

El proyecto original (que figura como “Antiguo almacén para D. Joaquín Ripoll” en la guía del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y fue ejecutado entre 1924 y 1925), es obra de Francisco Reynals Toledo, por encargo de Joaquín Ripoll. Poco duró el negocio en activo y, entre 1927 y 1931 se fueron sucediendo nuevos intentos de explotarlo comercialmente para la venta de muebles.

No fue hasta los años cuarenta del siglo XX, con la instalación de la fábrica de “Cervezas de Santander”, cuando aparecieron los ocho pingüinos y sus respectivos barriles, que formaban –junto a la bandera de Suiza – el logotipo de la marca “Cruz Blanca”. Con el cierre de la fábrica en 1979 se convierte en “Pub Santa Bárbara”.

Allí se reunían abogados laboralistas, directores y actores de cine y de teatro, sindicalistas y estudiantes, feministas y agentes de paisano de la Brigada político social con la oreja puesta en las tertulias, según la progresía de la época, siendo en verdad un lugar poco representativo de la realidad social de entonces.

En 2002, casi tres años más tarde del cierre del tradicional 'pub' de Santa Barbara tuvo lugar una remodelación para la apertura de “Malevo”, donde desapareció el oscuro skay de las paredes y quedó a la vista el ladrillo. La barra, los sofás de terciopelo y los espejos se conservaron tal cual.

Esta suerte de café chill out del nuevo milenio, donde se podía tomar un café y algo de picoteo desde las ocho de la mañana o relajadamente una copa con música a partir de las diez de la noche, tampoco duró mucho tiempo abierto y, desde entonces, ningún otro empresario se ha atrevido a emprender un negocio en él.

En estado de semiruina, su degradación avanza progresivamente mientras los pingüinos, ajenos al paso del tiempo, permanecen erguidos jarra de cerveza en mano y con su barril debajo del brazo esperando una nueva oportunidad de volver a lucir con el mismo esplendor de antaño.

Ficha del edificio de Fernando VI nº 3

Ficha del edificio de Fernando VI nº 3

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