Un práctico secreto oculto en un portal de la calle San Marcos

Hace unos días el blog Secretos de Madrid compartía con todos sus lectores el curioso y práctico secreto que encierra el portal del número 43 de la Calle San Marcos, que pasa desapercibido a simple vista por la espectacularidad de los inmuebles de esa zona, donde a finales del siglo XIX residía personalidades de la alta sociedad madrileña y empresarios de éxito.

Construido en 1891, es obra de los arquitectos Luis Aladrén Mendívil y Eugenio Jiménez Corera y combina una fachada de ladrillo con sillares almohadillados y otros detalles ornamentales de falsa piedra, aplicaciones cerámicas y delicados forjados, al nivel de los marqueses que lo habitaban.

Pero si es todo un regalo para los ojos que merece la pena mirar, en su interior hay otro elemento no menos importante de observar, no tanto por su valor estético como por su practicidad. Tal y como explica Carlos Osorio en su libro El Madrid Olvidado 

y en su blog Caminando por Madrid, el suelo del portal está solado con adoquines de madera.

Porque, aunque aparentemente se trata de piezas de dura piedra, en realidad se trata de tarugos de madera, un material que amortigua muy bien el ruido. De esta manera, los decibelios de las entradas y salidas de vehículos de la vivienda se reducían y se molestaba mucho menos a sus habitantes.

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