Los músicos callejeros se resisten a abandonar la plaza de Chueca y la calle Fuencarral
La música callejera es, para algunos vecinos de Chueca y otros barrios del centro de la ciudad, una constante y forzosa compañera en su día a día. Ni la reciente aprobación de la nueva Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) de Centro ni las señales instaladas en los puntos en los que son más recurrentes las infracciones parecen haber disuadido a estos artistas de continuar montando su show musical en la calle.
Unas actuaciones musicales sin autorización municipal que frecuentemente se acompañan de amplificadores de sonido que hacen que esos decibelios sean aún mayores de los permitidos en esta zona de especial protección acústica.
Dentro del barrio, la Plaza de Chueca, con sus numerosas terrazas, y la calle Fuencarral, una vía de gran tránsito peatonal, continúan a la cabeza como improvisados auditorios a cielo abierto en los que los músicos continúan actuando aunque tienen prohibido hacerlo.
El equipo de Manuela Carmena, siguiendo las demandas vecinales, se comprometió a reducir la contaminación acústica que ocasionan y a reforzar las medidas para acabar con la música callejera en aquellos espacios de la ciudad en los que no está permitido.
Así, además de las correspondientes sanciones económicas, los agentes de la policía municipal también pueden intervenir los amplificadores y los instrumentos musicales de quienes realicen actuaciones en la vía pública en sitios no autorizados por la normativa municipal.
La Asociación de Vecinos de Chueca (AVChueca) y algunos vecinos del barrio a título particular se quejan, sin embargo, de que esta normativa es papel mojado si la policía no multa ni interviene los equipos musicales de quienes se saltan las reglas del juego.
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