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La sede fantasma de la CNE en la calle Barquillo

Somos Chueca

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La Comisión Nacional de la Energía (CNE) adquirió en el año 2008 un inmueble en el número 13 de la calle Barquillo por la friolera cifra de 19 millones de euros. El objetivo era ampliar su sede oficial pero, después de cinco años de la compra, este edificio protegido -construido en el siglo XIX- no ha sido utilizado ni una sola vez y su valor va menguando a medida que pasan los años y se desinfla la burbuja inmobiliaria.

La encargada de la adquisición del bloque fue Maite Costa, presidenta de la CNE desde junio de 2005 hasta julio de 2011 y actual consejera de Abertis, que cegada por la fiebre inmobiliaria de la época y con el visto bueno del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, no dudó en realizar tan sobrevalorada inversión para la ubicación de la nueva sede institucional.

En concreto, el edificio ocupa un solar de 592 metros cuadrados y tiene una superficie total construida de 3.091 metros cuadrados. Cuenta con una planta semisótano, planta baja y cuatro alturas. Actualmente desocupado, anteriormente ha albergado oficinas en planta semisótano, local comercial en planta baja, y oficinas y residencial en el resto de plantas.

Tan sólo hace falta echar un vistazo a las cuentas anuales del organismo, publicadas este mismo lunes en el Boletín Oficial del Estado, para descubrir que la excesiva cuantificación del valor de la propiedad. En 2012 la propia CNE encargó una tasación del edificio, con vistas a una posible venta. El informe de la empresa externa encargada de la tasación desveló que el edificio valía entonces menos de la mitad de lo que le costó a las arcas públicas: 8,97 millones de euros.

En total, según las valoraciones de esta empresa, la propia CNE y las correcciones de los auditores, si ahora ese inmueble se pusiera a la venta su valor oscilaría entre 5,87 y 9,76 millones. A todo ello habría que sumar el coste de la reforma de este decimonónico edificio, catalogado con el nivel 1 grado integral-el máximo nivel de protección de bienes inmuebles- lo que supone una cuantiosa inversión adicional.

De hecho, en octubre de 2010 la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobó un Plan Especial para convertir en sede de la CNE este inmueble de la calle Barquillo, 13 (esquina a San Marcos). En un intento de seguir revitalizando el patrimonio histórico del centro urbano, se autorizó el cambio de uso residencial por el dotacional, en su clase de Servicios de la Administración.

Además, se reguló el régimen de obras a realizar en el mismo, que incluían el remodelado interior para adaptarlo al nuevo uso y la recuperación de sus valores histórico-artísticos originales, como la rehabilitación de la escalera y patio originales, así como  el estudio de los planos del cuerpo de basamento -planta baja y primera-, para recuperarlo tal y como fue concebido en el siglo XIX.

El documento establece que se deberá ampliar el tramo de escalera principal hacia el sótano, junto con la sustitución del actual ascensor, eliminándolo del hueco de  la escalera y ubicándolo en otro lugar del edificio donde no interfiera con ningún elemento protegido. También se modificarán los huecos existentes en la fachada del patio y los situados en la planta tercera. Por último, y para garantizar la accesibilidad del inmueble, se deberá incorporar un salva-niveles en el zaguán de entrada.

Reformas anteriores

Reformas anteriores

Pero este proyecto no es el único que se ha propuesto a lo largo de la historia del edificio. Según archivos municipales, en el año 1927 se realizó una ampliación de la tercera planta y, en 1954, se realizaron diversas modificaciones no documentadas, que incluían la elevación de las plantas tercera y cuarta.

Entre los elementos no originales se encuentran la configuración de la actual cubierta, los elementos de cierre añadidos en planta cuarta y la actual cubierta del patio principal. Tampoco son originales las fachadas de la planta cuarta y se han producido alteraciones en la escalera principal, incluido el ascensor situado en su hueco.

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