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La instalación de cámaras en Centro divide al colectivo LGTB

Somos Chueca

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Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las víctimas de agresiones LGTBfóbicas es la ausencia de pruebas gráficas. Por ello, algunas asociaciones del colectivo han solicitado la instalación de cámaras de videovigilancia en Centro que disuadan a los agresores y permitan obtener imágenes de posibles ataques homófobos y tránsfobos.

Como recogió Somos Chueca, la pasada semana el responsable municipal de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, se reunió con asociaciones LGTB para conocer sus propuestas y explicarles las medidas que desde el Ayuntamiento se van a adoptar para prevenir la LGTBfobia.

En ese encuentro, la Asociación de Transexualidad Clínica de Madrid le habría planteado la posibilidad de instalar cámaras de videovigilancia repartidas por todo Centro para disuadir de este tipo de violencia y tener grabaciones que facilitaran las detenciones de los agresores y las condenas judiciales, según explicó la organización en un comunicado de prensa.

El jueves por la tarde la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, se reunió con representantes de varias asociaciones LGTB para abordar la escala de este tipo de agresiones. Un encuentro en el que Dancausa explicó que hace ya más de un año se autorizó la instalación de 38 cámaras en Gran Vía y su entorno y que la iniciativa de sumar nuevas cámaras en Centro debería partir del Ayuntamiento de Madrid.

Solo en ese caso, la Delegación se encargaría de autorizar o no la instalación, previo informe de la Comisión Provincial. Asimismo, Dancausa sí apoya su instalación porque, por su propia experiencia, «han demostrado ser una herramienta útil que ha servido para mejorar la seguridad en muchos de los lugares donde se han colocado».

Sin embargo, desde el equipo de Carmena no se muestran para nada partidarios de ampliar el sistema de videovigilancia en el Centro y consideran que las cámaras deben ser una excepción y no la norma.

Una opción históricamente rechazada por el entorno LGTB

Era el año 2009 cuando el Colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Madrid (COCAM) se oponía frontalmente a la instalación de cámaras de videovigilancia en las calles de Chueca solicitada por algunas asociaciones de comerciantes y vecinos del barrio.

Según su opinión, era contraproducente «por la propia esencia del barrio» y exigían, además, que en caso de seguir adelante con el proyecto se les informara de quién, cómo y cuándo iba a tener control y acceso a esas imágenes que podían «estar recogiendo datos como la orientación sexual de las personas», aspecto especialmente protegido por la ley de protección de datos personales.

Esta opinión la comparten hoy desde la asociación Arcópoli, que ha manifestado que ellos no ven «tantas ventajas en las cámaras y sí muchos inconvenientes. Y más en el barrio de Chueca, donde muchos quieren seguir siendo invisibles».

Una determinación que sería aún menos razonable si se analizan los puntos en los que han tenido lugar las últimas agresiones: desde la calle Goya a Lavapiés, de las cuatro agresiones denunciadas en enero ante la Policía, sólo una fue en Chueca, en la confluencia de las calles Hortaleza y Augusto Figueroa.

Por su parte, Francisco Ramírez, presidente de la asociación COLEGA, sí se muestra partidario a las cámaras porque pueden llegar a ser “beneficiosas”, pero reconoce que existen numerosas discrepancias entre el colectivo LGTB ante este tema.

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