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La Galería Oliva Arauna echa el cierre después de tres décadas

Somos Chueca

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Después de casi treinta años de actividad y justo después de cumplirse un año de la reapertura del reformado espacio de la calle Barquillo (clausurado dieciocho meses por orden municipal por supuestas irregularidades acometidas en la ejecución de las obras, que alteraban significativamente la fachada original), la madrileña Galería Oliva Arauna dice adiós. Su propietaria, Oliva Pérez Arauna, tira la toalla desalentada por la fuerte caída en las ventas y, aunque afirma que continuará vinculada al mundo del arte, descarta volver a abrir su propia galería.

El hecho de la que la galería ya no figurase en la lista de ARCO 2015 ya parecía indicar que las cosas no marchaban demasiado bien, pero la noticia de su cierre definitivo no ha dejado de pillarnos por sorpresa si echamos la vista atrás y repasamos las declaraciones a la prensa en las que hace doce meses afirmaba retomar con muchísimas ganas esa nueva etapa de la galería.

Sin embargo, la subida del IVA al 21 por ciento en las piezas artísticas ha frenado más si cabe las ya de por sí escasas ventas y el cambio de costumbres de los coleccionistas, más aficionados ahora a dejarse caer por las ferias que por las galerías, contribuyen a que las cuentas no salgan, por muchas ganas que se le pongan. Más en un escenario que, según ella misma ha declarado en una entrevista concedida a El País, se ha convertido en puro «mercadeo» y para ella «ser galerista siempre ha sido algo que rebasa el mero comercio, es transmitir nuestra propia pasión, es apostar por los proyectos de los artistas».

Aunque el aspecto económico sea un componente de peso, Arauna asegura en Architectural Digest (AD) que su decisión se debe más a «una crisis mental» que a la temida crisis económica. «A veces he perdido dinero, pero a perder ilusión no estoy dispuesta» y, como ahora no se siente motivada, ha preferido hacer un parón para «pensar qué otras fórmulas puede haber que ayuden a los artistas».

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