La cara menos amable del Orgullo

Detrás de la fiesta, las carrozas, los disfraces, la diversión y las banderas multicolores que caracterizan al Orgullo LGTB se esconde una realidad menos amable que lleva a muchos vecinos de Chueca a abandonar sus casas durante esos días para evitar las molestias que ocasionan las miles de personas que invaden el barrio: ruido, suciedad y un insoportable olor que impregna las ya de por sí poco aseadas calles.

Una particular resaca que dejó tras su paso toneladas de basura (concretamente 296.170 kilos de basura contabilizados por el Ayuntamiento de Madrid), vómitos y ríos de orines. Hasta tal punto que Chueca parecía el domingo un auténtico vertedero, a pesar del intensivo dispositivo municipal de limpieza especial establecido para el Orgullo Gay. La concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha realizado una valoración positiva –teniendo en cuenta el aumento de la carga de trabajo– y ha explicado que se han cumplido las previsiones de objetivos e indicadores de limpieza que se habían marcado.

Lo cierto es que el incremento de la afluencia de personas este año ha generado muchísima más suciedad y, o los trabajos de limpieza han sido menos exhaustivos o los medios dedicados a tal fin han resultado insuficientes porque, aunque en la mayoría de las principales vías del barrio se retiraron cristales, botellas y vasos, en algunos puntos como la Plaza de Vázquez de Mella o la calle Reina aún a día de hoy se pueden ver los restos del macrobotellón de los días previos. Tampoco se han limpiado las alcantarrillas, a donde van a parar todo tipo de residuos que taponan los tragaderos.

El principal problema es que gran parte de la suciedad que genera el Orgullo es de tipo orgánico (orina, excrementos y vómitos) que, al no retirarse con agua, fermentan con el calor y ocasionan importantes problemas de olores y salubridad. Al preguntar a Sabanés por la necesidad de un plan urgente de limpieza por ausencia de baldeo en algunas vías, ha explicado que comparte la necesidad de un plan de choque de limpieza intensiva de la ciudad y una reestructuración de los objetivos e indicadores fijados por el anterior equipo de Gobierno municipal.

Portales y calles, improvisados orinales

Además de convivir con el ruido y con la basura, muchos vecinos no pueden tampoco dormir tranquilos porque, entre copa y copa, muchos son los que aprovechan para hacer sus necesidades en la propia vía pública o, incluso, dentro de los portales, convirtiéndolos en improvisados orinales.

Una lectora de Somos Chueca nos avisaba del “regalito” en forma de excremento que alguien les había dejado en el portal en la madrugada del sábado al domingo, quien también aprovechó uno de los carteles del tablón de anuncios de la comunidad para limpiarse. No contentos con ello, un grupo de jóvenes decidió además montar en el rellano su propia rave privada hasta altas horas de la madrugada.

Otra de las grandes damnificadas de la resaca del Orgullo ha sido la propietaria del quiosco de la Plaza de Vázquez de Mella, a la que le resultaba prácticamente imposible poder abrir su negocio con normalidad porque durante esos días la gente que toma la plaza con el botellón lo transforma en un multitudinario urinario al aire libre.