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Del arcoíris al negro, el movimiento LGTB se concentra en la Plaza de Pedro Zerolo contra la LGTBfobia

Somos Chueca

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Ayer se celebraba el Día Internacional contra la LGTBfobia y el colectivo LGTB de Madrid se sumó a la lucha contra este tipo de agresiones con dos iniciativas en la Plaza de Pedro Zerolo. Un representativo marco para el activismo LGTB en el que Arcópoli apostó por la bandera del arcoíris frente a la indumentaria negra de los manifestantes de la marcha nocturna que partió de la Plaza de La Villa hasta Chueca.

Cerca de medio centenar de personas acudieron ayer por la tarde a la llamada de la asociación LGTB universitaria Arcópoli, que convocó a un acto en el que se construyó un mosaico con cartulinas en el que se podía ver una gran bandera trans. En la cabecera los cuatro responsables de la lectura del manifiesto: Marina Fernández (OT), su novio Bast, la cantautora Alicia Ramos y Alberto Jiménez (Miss Caffeína).

Un gesto que apoyaba el contenido del manifiesto, que puso la atención en la despatologización de la transexualidad, exigiendo «la plena autodeterminación del género como parte de la dignidad de todas las personas» y reivindicó la puesta en marcha de la ley LGTB y Trans, aprobadas en el 2016.

Pedro Zerolo se tiñó de negro contra la LGTBIfobia

Más tarde, varios colectivos juveniles defensores de los derechos LGTB iniciaban desde la Plaza de la Villa una marcha nocturna hasta la Plaza de Pedro Zerolo para denunciar problemas a los que el colectivo LGTB se tiene que enfrentar hoy en día.

Frente a las dos enormes banderas multicolor, distintivas del colectivo LGTB, desplegadas en la plaza por Arcópoli unas horas antes, más de 200 personas vestidas de riguroso negro se concentraron en la Plaza de Pedro Zerolo tras recorrer el centro de la ciudad gritando proclamas como «no son suicidios, son asesinatos», «¿Donde están las trans en el mundo laboral?» o «Aquí está la resistencia trans».

https://twitter.com/eCesmad/status/997215655060533249

En la cabecera de la manifestación una gran pancarta donde se podía leer “Ante sus violencias, rabia y disidencia. Lucha contra la LGTBfobia” y en la mente un mensaje claro: exigir la despatologización de la transexualidad y mayor visibilidad para el colectivo LGTB libre de estereotipos y miradas plumofóbicas.

«Mujeres con vulva, mujeres con vagina, hay muchas más mujeres de las que te imaginas» o «Vamos a quemar la Conferencia Episcopal por homófoba y patriarcal» son otros dos de los cánticos clásicos que no han dejado de corear los manifestantes.

También se realizó una crítica a la mercantilización del Orgullo LGTB, una fiesta que debería servir para reivindicar los derechos LGTB y no para que determinados negocios y discotecas tengan cuantiosos beneficios los días que dura el programa. «Se defiende, el Orgullo no se vende», reivindicaron.

A su llegada a la Plaza de Pedro Zerolo tuvo lugar el momento más emotivo, un minuto de silencio por Thalía, la adolescente trans que se suicidó hace unos días en Móstoles. Además de un corazón con velas rojas los manifestantes encendieron las luces de sus móviles para iluminar la escena y como homenaje a todos los miembros del colectivo LGTB que se han quitado la vida por la LGTBfobia.

En el texto del manifiesto hubo momento para el recuerdo de «esas compañeras que no resistieron» y de esas personas «a las que miedo a exponerse les impide salir hoy» a la calle a manifestarse en contra de la LGTBfobia. «Nuestros suicidios son sus asesinatos. Nuestra existencia pone el peligro del cisheteropatriarcado», denunciaron.

También aprovecharon la ocasión para criticar la instrumentación de su causa por parte del Estado de Israel, que consideran les ha usado para hacer un «lavado de cara» a la violencia que ejerce contra el pueblo palestino, algo que también denunciaron el pasado World Pride Madrid 2017.

Una vez más reclaman que el Orgullo LGTB deje de ser una fiesta en la que se desfila donde reina la purpurina para recuperar su esencia, la de una manifestación para visibilizar las múltiples realidades del colectivo LGTB, un «Orgullo disidente y combativo».

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