De zona infantil con árboles a cagadero canino, así es hoy el solar de San Mateo

El solar situado entre las calles Beneficencia y San Mateo, justo frente al Instituto San Mateo, y que era de propiedad municipal hasta hace poco más de medio año, ha pasado de ser una apacible zona infantil con árboles (levantada de manera provisional para suplir la pérdida de la zona de juegos de los cercanos Jardines del Arquitecto Ribera) a una sucia parcela en la que los excrementos caninos campan a sus anchas.

Aunque desde el principio su supervivencia estaba condicionada al desmontaje del Mercado Provisional de Barceló y la construcción de los nuevos Jardines del Arquitecto Ribera, el pasado septiembre los columpios se desmantelaron e tiempo récord y sin previo aviso. Poco después, se procedió a la tala de todos los árboles que lindaban con la parte trasera del edificio del número 74 de Fuencarral, dejando a los niños sin juegos infantiles y a los vecinos sin sombras. El Ayuntamiento dirigido por Ana Botella había vendido el solar y, al parecer, urgía despejarlo.

La cuestión es que ya estamos en abril, va a terminar el curso escolar y, según denuncia la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (ACIBU), todavía no se ha empezado a construir nada en este espacio. «¿No podían haber esperado a que estuviesen listos los Jardines del Arquitecto Ribera? Antes de actuar de forma tan torpe podían haber pensado en las necesidades de los niños del barrio, aunque no voten», se preguntan desde ACIBU.

Lo cierto es que, a día de hoy, el futuro del espacio (donde podría levantarse un edificio de cuatro plantas con hotel) es aún incierto y el estado del solar de San Mateo es realmente antihiénico y desapacible: no hay sombras, los bancos están rotos y, como los perros defecan a sus anchas pero no existen ni bolsas ni papeleras para poder depositar los excrementos, el espacio está minado de cacas de perro.