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Espacio de opinión de Canarias Ahora

El 'castell' demoscópico de Ágora Integral

El candidato del PSC a las elecciones, Salvador Illa.

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El 12 de mayo se celebrarán las próximas elecciones autonómicas en Catalunya. 

Todas las encuestas publicadas coinciden en la victoria del  PSC a una distancia de más de 6 puntos porcentuales respecto a Junts, que será segunda fuerza política, y a 10 puntos porcentuales respecto a Esquerra Republicana, tercera fuerza.

Esta tendencia puede marcar una evolución en las próximas convocatorias electorales con un PSC en una posición hegemónica mientras que las dos fuerzas nacionalistas se sitúan por detrás de la formación estatal. 

Ya en 2021, en la última convocatoria electoral catalana, el PSC fue primera fuerza política, sólo antes, en la convocatoria celebrada en 2006, también salió ganadora, con el 32,2% de los votos frente el 25,2% conseguidos por (en horas bajas) la antigua CIU y el 11,7% que obtuvo Esquerra Republicana.

La previsible victoria del PSC marcará tendencia al ser la primera vez que gane dos veces consecutivas dichas elecciones.

Si nos remontamos a la década de los años 90 y analizamos los datos hasta el 2012, se observa la siguiente evolución en los resultados electorales a la Generalitat:

CIU, de manera contundente, obtenía más de 50 diputados en esta década, incluso en el año 1992 (año de referencia en las políticas de Jordi Pujol y las Olimpiadas de Barcelona), consiguió nada más y nada menos que 70 diputados de los 135 que componen el parlamento catalán (46,8% de los votos).

En las siguientes convocatorias, esta tendencia dominante comienza a decaer, paulatinamente, hasta las celebradas en 2012 y última convocatoria a la que concurre esta marca electoral, consiguiendo únicamente 50 diputados (30,7%). Este es un claro ejemplo de lo que significa el desgaste en el poder (recordemos que CIU  detentó gobiernos autonómicos durante más de 30 años).

Aparte de esta hegemonía, podemos plantear conclusiones muy interesantes dibujando tendencias en la siguiente década de 2012 a 2021: un PSC sin despegar claramente y siempre bajo la sombra de CIU, donde sólo en 1999 tuvo el mismo porcentaje de votos que la formación nacionalista.

Por otra parte, el PP, siempre tuvo unos resultados muy tibios, oscilando entre 7 y 19 diputados (este es su mejor resultado hasta la actualidad) y nunca consiguió ser referencia conservadora y mucho menos alternativa real a CIU.

ERC empieza a emerger como alternativa nacionalista de izquierda, convirtiéndose, a partir de la convocatoria de 2003, como referente en el espacio electoral de la izquierda, rivalizando con el PSC en ese sentido. Los datos nos dicen claramente este hecho, sobretodo en el campo simbólico de todos aquellos elementos del nacionalismo que impulsaron, en aquellos años, los procesos independentistas y las políticas en todos los campos que germinaban en los diferentes gobiernos de la Generalitat de corte nacionalista.

Por último, comienza la efervescencia de una formación de corte autonómica y que posteriormente irradió su planteamiento a nivel nacional, Ciudadanos. Por otro lado, también surge Podemos en el escenario político tanto español como catalán. Iniciativa per-Catalunya que hasta 2015 copaba el voto de la izquierda más a la izquierda, se integra junto a otras formaciones de este espectro político en la formación morada. 

Estos elementos tienen un punto de inflexión a partir del año 2015 cuando concurren CIU y ERC conjuntamente (JxSí), siendo ese año uno de los de máximo apoyo a la causa independentista catalana (recordemos que los apoyos a esta causa alcanzaron hasta el 56% de parte de los electores del PSC y de los Comunes), logrando el 39% de los votos y 62 diputados (por debajo de las expectativas esperadas).

Además, Ciudadanos, se consolida con el 18% de los votos y 25 diputados, debilitando al partido socialista catalán (en Catalunya esta formación se originó con un claro corte socialdemócrata y con escisiones del PSC). Este elemento fue el punto de referencia del electorado posicionado en contra de los movimientos independentistas, marcando la vida política catalana en aquellos años.

En consecuencia, es en este año, donde se perfilan o se trazan los espacios electorales de las siguientes dos convocatorias, acentuando, a grandes rasgos, las que se celebrarán el próximo 12 de mayo.

JxSí nace como proyecto sin futuro, no consigue el efecto electoral deseado (y se vuelve a constatar que en politica 1+1 no son 2).

C´s se convierte en referente polìtico de aquel electorado en contra del nacionalismo catalán y de los procesos independentistas, es más, fue la única marca política que se posicionó claramente en esta vertiente, mientras que tanto el PSC como Podemos (En Comú), tenían posiciones ambiguas entre los postulados federalistas y la defensa del reconocimiento del derecho a la realización de un referéndum para la autodeterminación catalana.

Por otro lado, emerge con fuerza como elemento de resistencia nacionalista a la creación de la coalición JxSí, la CUP, formación radical de izquierdas y anticapitalista que entra con 10 actas parlamentarias.

Esta tendencia se reafirma en la siguiente convocatoria electoral celebrada en 2017:

Ciudadanos se convierte en primera fuerza política con 35 diputados. 

En este caso hubo representación de hasta 7 formaciones políticas, denotando la clara pluralidad de representación política en Catalunya, complicando la conformación de los gobiernos autonómicos.

En poco más de 10 años, desde su creación como partido político, esta formación ganó las elecciones a la Generalitat. La efervescencia de esta formación fue espectacular, posicionándose políticamente en aquel espacio electoral donde no había ninguna otra formación en Catalunya, es decir, socialdemócrata pero liberal en el ámbito económico, de corte catalanista (recordemos que su origen es catalán) y claramente anti – indepedentista.

Estos elementos, junto a la imprecisión ideológica del PSC respecto a los elementos independentistas, hacen que C´s se convierta en marca de referencia del electorado que estaba en contra de la independencia catalana.

Aún así, estos 35 diputados no intentaron con Inés Arrimada el objetivo de formar gobierno con otras formaciones del parlamento, nuevamente hubo una administración de corte nacionalista, Junts+ERC (como el resto de convocatorias electorales que siempre han sido nacionalistas excepto en 2003 y 2006, conformados por gobiernos socialistas apoyados por ERC e IC).

ERC recupera su base electoral alcanzando el 21,4% de los votos y 32 diputados, superando aquel experimento fallido de JuntsxSí junto a la extinta CIU.

Y llegamos a la última convocatoria electoral celebrada en 2021, el 14 de febrero:

La misma efervescencia de crecimiento de C´s en 2017 también la tuvo en el decrecimiento que se produjo en 2021 obteniendo únicamente 6 diputados y prácticamente volviendo a los resultados obtenidos en 2010. 

Estos resultados devienen como consecuencia de la profunda crisis que el partido a nivel nacional tuvo en aquellos años con la huída de Albert Rivera del partido que él mismo creó en Catalunya.

Por primera vez, en la actual democracia española, el PSC se erige como ganador en una convocatoria electoral catalana hamalgamando gran parte del voto de C´s fugado, en su momento,  de la formacion roja y comienzan a volver al hogar socialista una vez que este partido se posiciona en la pluralidad de situaciones progresistas (no solamente de corte independentista y con politicas nacionales que favorecen una voz fuerte de Cataluña en las Cortes Generales, llegando a importantes acuerdos con ERC, la formación nacionalista más afín con su pensamiento ideológico, sin olvidar a Junts).

El PSC se convierte, por tanto, en la primera fuerza política estatal que gana unas elecciones a la Generalitat (C´s tuvo un origen autonómico en sus inicios).

De la hegemonía de CIU, en la última década del siglo XX y los primeros 20 años del siglo XXI, asistimos en esta década a, quizás, un cambio de paradigma en cuanto al partido ganador que empieza en 2017 con la victoria de C´s y sigue en el año ´21 con la victoria de PSC y, lo más probable, también lo sea el próximo 12 de mayo con previsiones de rotunda mejora en relación con los comicios de 2021. 

Nuestra proyectiva, según las diferentes estimaciones de las casas de encuestas que han publicado en las últimas semanas y nuestro campo actualizado, sería la siguiente:

Es el momento de profundizar en las características territoriales y sociopolíticas de Catalunya. 

Catalunya está formada por 4 provincias, Lleida (15), Girona (17), Tarragona (18) y Barcelona (85). 

En la provincia de Barcelona se asigna el 63% del total de diputados autonómicos al ser la más poblada de las cuatro provincias, mientras que las otras tres provincias acaparan en total el 27% restante de los diputados sobre 135 en total.

Las tres circunscripciones menores son tierra abonada a formaciones nacionalistas de derecha (Junts) y de izquierda (ERC). Son territorios preminentemente rurales, dirigidos por una burguesía tradicional y asentada en sectores económicos agrícola e industrial que plantean la defensa de sus intereses desde formaciones nacionalistas.

La circunscripción de Barcelona es la más cosmopolita y moderna, aceptando el cambio social, político y económico de las diferentes épocas históricas.

Si ERC y Junts concentran su poderío electoral en las circunscripciones menores, es en Barcelona donde el PSC concentra su mayor fuerza electoral y compensa sus peores resultados relativos en las otras tres circunscripciones. Lo mismo sucede, aunque en menor medida, con el resto de los partidos estatales (PP, VOX, En Comú y C´s) donde tradicionalmente tienen su mayor presencia electoral, ya no sólo desde el punto de vista autonómico sino también a nivel municipal. 

Se une a esta tendencia, lo acaecido el 23 de julio del pasado año en las últimas Elecciones Generales donde se produjo la victoria del PSC en Catalunya (consiguiendo 19 diputados) después de más de 10 años ganadas por otras formaciones (CiU, En Comú  y ERC).

La importante representación de la circunscripción de Barcelona en el cómputo global de los diputados a elegir (85 de 135), explica la fuerza electoral del PSC, principalmente por la debilidad que tiene actualmente C´s y, quizás también, por el agotamiento del proyecto de las formaciones nacionalistas respecto a su lucha independentista (Junts, ERC y CUP) entre la ciudadanía catalana.

El PSC se erige como alternativa de gobierno, con políticas fundamentadas en la convivencia pacífica desde la cooperación y el diálogo y la aceptación de la actual realidad catalana.

Estos elementos, junto a la actual política nacional, donde la voz catalana es prioritaria para la conformación de las políticas nacionales y pactos estatales, hacen que el PSC se convierta en gran referente, incluso, en ciertos sectores sociales muy cercanos a ERC, siendo probable, el depósito de confianza nuevamente, escogiendo la papeleta del PSC (voto útil), reiterando lo hecho en las últimas Generales celebradas el 23 de julio de 2023, seguramente como voto de castigo a ERC por algunos pactos de gobierno llevados a cabo con Junts.

En cuanto a Junts, su perspectiva de voto es superior a la de ERC, pero desde nuestro punto de vista nunca por encima del 22% de votos (será, salvo sorpresa mayúscula, la segunda fuerza más votada), con un máximo de 35 diputados.

ERC estaría entre los 26/28 diputados y la CUP en 6/7.

Con estos números, las fuerzas nacionalistas, tienen una remota posibilidad para alcanzar nuevamente la mayoría absoluta, llegando hasta los 68 diputados (Junts+ERC+CUP), pero también hay una posibilidad con alta probabilidad de no llegar a los 68 diputados que asegurarían la mayoría absoluta. 

Surge la incógnita de la nueva formación nacionalista de ultraderecha que entrará con total seguridad en el Parlament como mínimo con 2 actas. 

¿Habrá opciones reales de pacto nacionalista de amplio espectro y podríamos ver como socios a ERC, Junts, CUP y Aliança Catalana, para bloquear de todas las maneras posibles un tercer gobern catalán liderado por el PSC?

VOX ya en 2021 dio la campanada convirtiéndose en la primera fuerza política estatal conservadora en el parlamento catalán con 9 diputados, en parte, gracias a los votos ultraconservadores de Ciudadanos y a la baja en 2021 y por la profunda crisis del PP (solo obtuvo 3 diputados autonómicos). En esta próxima convocatoria, la fortaleza de VOX se mantiene e incluso puede aumentar a 11 actas, principalmente por la más que probable desaparición de C´s del parlamento catalán, actualmente detenta 6 actas, vertiendo una parte de este caudal hacia la formación ultraderechista estatal.

El PP toma resuello respecto a sus peores resultados conseguidos en 2021 (3) y estimamos hasta 13 diputados (en sus números históricamente hablando) también beneficiado por la fuga masiva de votos de Ciudadanos (que estimamos que no tendrá representación).

Es de considerar la fortaleza de En Comú manteniendo, en principio, entre 5/6 actas.

Hay datos que hay que tener siempre presentes; la suma del voto nacionalista jamás ha disminuido del 45% (2010) y, en 2021, el cómputo de este voto nacionalista (ERC, Junts y CUP) alcanzó el 48%, siendo el valor modal en todas las convocatorias celebradas hasta la fecha.

En 2024 estimamos un porcentaje del 46% si incluímos a AC. Sin incluirla, sería el más bajo de toda la serie histórica, el 43%, otro elemento indicativo de la tendencia a la baja de los partidos soberanistas frente a opciones estatales.

¿Podremos afirmar que nos encontramos al comienzo de una etapa hegemónica del PSC como primera fuerza política en Cataluña, tanto a nivel autonómico como en futuras elecciones generales en Catalunya?

¿Podríamos ver un escenario donde ninguna opción aritmética sume más de 67 diputados y estar ante una posible repetición electoral a pocos meses vista?

Todo está abierto.

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