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La tecnología se pone al servicio del reciclaje y la gestión de residuos

DFactory, el ‘hub’ tecnológico de industria 4.0 promovido por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona

J. Durich

La economía circular se ha convertido en un modelo de producción y consumo de futuro gracias a su capacidad para extender el ciclo de la vida de los productos. En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo. De esta manera, cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible gracias al reciclaje. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor añadido. 

Según Eurostat, Oficina Europea de Estadística, la Unión Europea produce más de 2.200 millones de toneladas de residuos al año. Las instituciones comunitarias, por esta razón, trabajan para promover un cambio en el modelo de gestión actual de residuos. De hecho, la reutilización y el reciclaje de productos ralentizarían el uso de recursos naturales, reducirían la alteración del paisaje y el hábitat y ayudaría a limitar la pérdida de biodiversidad. 

Otro beneficio de los elementos de la economía circular es la reducción de las emisiones anuales totales de gases de efecto invernadero. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, los procesos industriales y el uso de productos son responsables del 9,10% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE, mientras que la gestión de residuos representa el 3,32 %. 

Dos millones de toneladas de residuos anuales

En este contexto, se encuentra una empresa como PICVISA, la única compañía española enfocada en el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas para el sector del reciclaje y la gestión de residuos, principalmente del vidrio, pero también del plástico y el textil. En total, gestiona alrededor de dos millones de toneladas de residuos al año, y para ello utiliza tecnologías como la inteligencia artificial, el escaneo RVA —rojo, verde y azul— y la espectrometría NIR —infrarrojo cercano— que permiten mejorar la eficiencia en la separación y clasificación de materiales ya que detectan su composición y color para un mejor reciclado.  

Para Joan Manel Casamitjana, CEO de PICVISA, la tecnología avanzada y la especialización en la clasificación son aspectos fundamentales que “resaltan el liderazgo de la compañía” en su sector. De igual manera, Casamitjana destaca unas soluciones completas y personalizadas que incluyen desde el diseño y la configuración de la planta de clasificación hasta la instalación y puesta en marcha y que “se adaptan a las necesidades específicas de los clientes, permitiéndoles especificar la composición, el color y la estructura de los elementos que necesitan para sus productos finales, lo cual es un valor agregado importante”. 

También se refiere al compromiso con la innovación y la sostenibilidad como otra seña de identidad de la empresa, que “se dedica continuamente a mejorar y expandir sus capacidades, investigando nuevos sensores y técnicas para enriquecer su portfolio de materiales detectados”. “Esto muestra un compromiso claro con la innovación y la sostenibilidad, crucial en un sector que depende cada vez más de soluciones eficientes y respetuosas con el medio ambiente”, explica el directivo, y señala que son la única empresa de su ámbito que ha obtenido la prestigiosa certificación B Corp. “Esto avala nuestra apuesta por la sostenibilidad, la transparencia y el compromiso social”, subraya. 

‘Hub’ tecnológico de referencia internacional  

El test center y el centro de fabricación de PICVISA se encuentran en el pueblo de Calaf, mientras que las oficinas se ubican en el DFactoryBarcelona, un hub tecnológico de referencia internacional creado para desarrollar, trabajar y potenciar la industria 4.0. Impulsado por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), el centro promueve un ecosistema donde se disponen las tecnologías más innovadoras con el apoyo del mejor talento para desarrollar nuevas ideas, convirtiendo la ciudad en un punto de referencia de la economía digital.

Además, el edificio, con instalaciones comprometidas con la Agenda 2030, busca generar sinergias de colaboración, al tratarse de un espacio de innovación abierto en el que se han instalado una treintena de empresas y que reúne a las grandes corporaciones empresariales, startups, centros de innovación y laboratorios, así como tecnologías punteras como robótica, sensórica, Inteligencia Artificial (IA), ciberseguridad, Impresión 3D o manufactura avanzada. 

A este respecto, Casamitjana explica que la empresa está en Dfactory Barcelona “desde el comienzo” y fue “una de las primeras en apostar” por el hub tecnológico. Desde entonces, en ese espacio de sinergias, han realizado alguna colaboración puntual, como por ejemplo, con la compañía WindForce, “en relación a la impresión de piezas 3D y en la reproducción de uno de nuestros equipos en tamaño pequeño para poder llevarlo a ferias y otros eventos”. 

“En general, estar en DFactory nos aporta una mayor exposición y un escaparate sin igual para comunicar lo que somos y a qué nos dedicamos dentro del mundo de la tecnología”, reconoce el director ejecutivo de PICVISA a propósito de un espacio diseñado para que las personas y las empresas se interrelacionen e intercambien ideas de manera cómoda y con facilidad.

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